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Uno de los efectos que dejó la pandemia es el avance tecnológico, sobre todo en el sector fintech pues desde que inició la crisis a la actualidad, en México se pasó de tener 200 fintech a 500, de las cuales una gran parte está liderada por mujeres. Tan solo a nivel Latinoamérica, 35% de las fintech, tienen a una mujer como fundadora, revelan datos de TwelveHundred.

 

Adriana Tortajada, Managing Partner de TwelveHundred, explicó que cada vez son más las mujeres que incursionan y creen en sectores tecnológicos y muestra de ello es que en Latinoamérica, 35% de las startups tiene una mujer de fundadora, un porcentaje que supera el promedio a nivel global que es de 7%, lo que refleja el talento de Latinoamérica y la importancia de su aporte al sector.

Durante el Open Finance 2020, en su edición 2022, detalló que las mujeres están desempeñando un papel crucial en el desarrollo del sistema, ya que con su talento, capacidad y diferentes formas de pensar y concebir ideas, se pueden generar nuevas oportunidades de negocio, lo que ha incentivado nuevos productos que atiendan a diferentes sectores de la población.

Por ello, ahora las mujeres ocupan más posiciones de liderazgo, intervienen en la toma de decisiones cruciales para la organización y dan una nueva cara al sector; sin embargo, el camino no es sencillo.

Los retos

Si bien la presencia de mujeres en el emprendimiento está creciendo, especialmente en el ámbito tecnológico, aún enfrentan muchos desafíos para comenzar y potenciar su proyecto.

El primer desafío comienza en la educación, pues solo cuatro de cada 10 mujeres concluye una carrera universitaria, además que la mayoría se inclina por carreras sociales y humanitarias, dejando a las de ciencias, matemáticas e ingenierías (STEM, por sus siglas en inglés) en último término.

En promedio, solo 28% de las mexicanas estudia carreras de ingeniería, de acuerdo con datos de la Unesco. En 2021, de las 9 millones de mujeres egresadas de nivel universitario, únicamente 13.5% lo hizo en carreras STEM.

“La cantidad de mujeres que estudian alguna carrera de ciencia y tecnológica solo alcanza 13% de la matrícula total de las universidades; es un número muy corto que debe preocuparnos y ocuparnos, porque a mayor diversidad la brecha se reduce”, aseguró Erika Quezada, cofundadora de Finvero.

El segundo desafío son los recursos para llevar a cabo su idea, donde se suele complicar al solicitar financiamiento o levantar inversión, ya que el acceso suele ser más limitado y existe desigualdad en los montos otorgados entre ellas y los hombres.

El tercer desafío son los estereotipos culturales, donde ellas se conciben más en sectores de salud y cuidado así como entornos sociales o administrativos, y pocas en el sector de innovación tecnológica, que por años ha sido dominado por los hombres.

Parte de los estereotipos que padecen se amplían al cuidado de la familia, hijos (si los tienen) y las obligaciones del cuidado del hogar.

“Las que ya formamos parte del ecosistema estamos comprometidas a propiciar espacios idóneos para las demás, porque no solo se incorporan mujeres innovadoras, sino personas multifacéticas que están al frente de un hogar, que son pilares de una familia y la mayoría necesita condiciones mínimas para desarrollarse”, explicó Marlene Garayzar, cofundadora de Stori.

Un comportamiento que se ha observado en las mujeres que emprenden es que la mayoría decide hacerlo en colaboración con sus parejas sentimentales (esposos o novios principalmente) quienes en el caso del 24% se vuelven cofundadores, mientras que en 20% se da con amigos cercanos, 10% con otra mujer y únicamente un 8% lo hace sola, indica el Reporte sobre mujeres líderes de startups en Latinoamérica, elaborado por Platzi.

Los sectores en los que más se están enfocando son: fintech e insurtech, comercio electrónico, venta al por menor y servicios empresariales. Otro punto importante es que en más del 50% de los casos nace por resolver una problemática planteada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Unicornios a la alza
Muestra de la importancia del talento femenino en el sector fintech es que en el mundo se han registrado nacimientos de unicornios que están liderados por mujeres.

Ejemplo de ello es Stori, que el pasado mes de julio se convirtió en el noveno unicornio mexicano después de que recibió una ronda de inversión por 50 millones de dólares en capital y 100 millones de deuda, con lo que obtuvo una valuación de 1,200 millones de dólares.

Para la fintech, el objetivo principal es fomentar la inclusión financiera a través de tarjetas de crédito Mastercard para personas con problemas de historial crediticio o que carezcan de él.

Otro ejemplo de unicornio es Habi, en Colombia, que fue fundada por Sebastián Noguera y la estadounidense Brynne McNulty Rojas con el objetivo de ayudar a vender viviendas de forma rápida y segura. En mayo de ese año, lograron una ronda de inversión de 200 millones de dólares con lo que lograron convertirse en unicornio.

A la vez está Silvina Moschini, presidente y fundadora de Transparent Business quien en 2020 se convirtió en unicornio con su plataforma digital de trabajo y talento remoto. Con ello, fue la primera mujer en Latinoamérica en lograr ser unicornio.

Finalmente está Kavak, que de la mano de sus fundadores Loreanne García, Carlos García Ottati y Roger Laughtlin, logró el estatus de unicornio en 2020.

“Está comprobado que el equipo diverso genera más rentabilidad, productividad y se combinan roles. Es importante que todos nos llevemos la tarea de que en el mundo financiero podemos ser más incluyentes para seguir transformando e innovando el ecosistema”, finalizó Adriana Tortajada.

Elizabeth López Argueta

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FuenteEsta nota fue realizada por EL ECONOMISTA. Aquí puedes leer la original.
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