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“Para que Angélica logre triunfar en esta estructura dominada por hombres, ella tiene que beber, respirar y sudar autoestima”. Esta insignificante frase emitida en la serie infantil “Rugrats” deja ver lo que enfrentan las niñas diariamente y es que en un mundo donde persisten las desigualdades de géneroempoderar a las niñas se convierte en una prioridad. Las brechas sociales y culturales han impactado históricamente el desarrollo y la autoestima de las jóvenes, pero es posible construir un entorno donde se les anime a alcanzar todo su potencial sin restricciones impuestas por una sociedad patriarcal.

Las lecciones para criar una niña fuerte y empoderada

Si bien es cierto que no existe un manual de cómo ser madre o padre, el feminismo nos ha regalado algunas perspectivas frescas en donde se prioriza el desarrollo y seguridad de las niñas. Es así como diversas activistas se han dado a la tarea de compartir distintos consejos para fomentar el desarrollo sano de niñas y jóvenes, y aunque no parecen ser acciones impactantes, todas ellas tienen la capacidad de dejar huella en sus vivencias para así enfrentar con poder y decisión las exigencias del futuro.

“Las niñas son fuertes”, cartel llevado en una marcha en Washington, 1982.
Fotografía: Pinterest/Matt Mcvay.

De esta manera, empoderar a las niñas desde el amor y el respeto implica desafiar las estructuras de poder existentes y trabajar hacia un mundo donde todas las personas tengan la libertad y la igualdad de oportunidades para alcanzar su máximo potencial. Así que te muestro algunos consejos brindados por la colectiva Entérate Mujer” para guiar a las niñas con amor y, sobre todo, priorizando mujeres.

  • Prioriza a las mujeres: fomenta que lea, escuche y vea el trabajo de distintas mujeres. Ya sea en corrientes artísticas, en la ciencia o los medios, el tenerlas en contacto con mujeres exitosas les ayudará a tener referentes y saber que pueden lograr lo que quieran.
  • Cuestionen los estereotipos de género: combate las ideas de que existen “cosas de niño” y “cosas de niña”, esto expandirá su horizonte y podrán desplegar todo su potencial en cualquier área. También debes apoyarla en sus decisiones sin importar tus prejuicios de género.
  • Enséñale a aprender de sus errores: a las mujeres se nos exige perfección en cualquier cosa, por lo que es importante enseñar que las equivocaciones son parte de la vida y siempre se puede aprender de ellas y mejorar, para después volverlo a intentar.
Promover relaciones basadas en el respeto mutuo y la igualdad de género en el hogar y en la comunidad les proporciona un marco sólido para construir relaciones positivas en el futuro.
Fotografía: Pinterest.
  • Fomenta la autoconfianza: ayúdale a entender que ella tiene la posibilidad de aprender cosas nuevas, equivocarse e intentarlo todas las veces que quiera, así como sentirse orgullosa de los resultados.
  • Promueve la amistad entre mujeres: siempre se nos ha dicho que “el peor enemigo de una mujer, es otra mujer”, cosa que es usada para fomentar la competencia y enemistad. Por ello, es importante que le enseñes a amar a sus amigas, ya que ellas pueden ser una hermosa red de apoyo en cualquier etapa de su vida.
  • Deja de priorizar la belleza: enséñale que su valor como persona va más allá de su belleza física y que no está obligada a cumplir los cánones estéticos para poder triunfar.
  • Háblale sobre mujeres exitosas: busca mujeres con las que se pueda identificar, de acuerdo con sus intereses. Científicas, artistas, deportistas, periodistas o fotógramas, muéstrale que puede llegar a ser como ellas y úsalas de referente en su formación académica.
Enseñarles sobre consentimiento y respeto desde una edad temprana les otorga el poder de establecer límites y tomar decisiones informadas sobre sus cuerpos y relaciones.
Fotografía: Pinterest.

¿Por qué se dice que las niñas son oprimidas desde que nacen?

Aunque se ha luchado por un mundo más equitativo, el sistema patriarcal se encuentra tan arraigado que muchas veces reproducimos estereotipos de género dañinos sin darnos cuenta. Y es que existen una serie de factores sociales, culturales y estructurales que afectan desproporcionadamente a las mujeres desde el momento en que llegan al mundo y estas son algunos ejemplos de ello:

  • Normas de género arraigadas: desde una edad temprana, las niñas son socializadas en roles de género específicos que a menudo las limitan y las colocan en una posición de subordinación con respecto a los hombres. Estas normas de género pueden manifestarse en expectativas sobre cómo deben comportarse, qué actividades pueden realizar y cuáles son sus aspiraciones en la vida.
  • Desigualdad en el acceso a recursos: en muchas partes del mundo, las niñas enfrentan desigualdades en el acceso a recursos básicos como la educación, la atención médica y la nutrición. Esta falta de acceso a oportunidades fundamentales puede tener efectos duraderos en su bienestar y desarrollo.
Las niñas son oprimidas desde que nacen debido a un conjunto complejo de factores interrelacionados que perpetúan desigualdades de género arraigadas en la sociedad.
Fotografía: Pinterest/Ailin Monti.
  • Violencia de género: las niñas están en mayor riesgo de experimentar violencia de género en diversas formas, incluida la violencia doméstica, el acoso sexual, el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina. Estas formas de violencia no solo tienen consecuencias físicas y emocionales inmediatas, sino que también perpetúan un ciclo de opresión de género.
  • Discriminación estructural: las instituciones y estructuras sociales a menudo perpetúan la discriminación de género contra las niñas y las mujeres. Esto puede manifestarse en leyes y políticas discriminatorias, así como en prácticas culturales arraigadas que relegan a las mujeres a roles subordinados en la sociedad.
  • Brecha salarial y desigualdad económica: en el ámbito laboral, las mujeres enfrentan una brecha salarial persistente en comparación con los hombres, lo que refleja desigualdades más amplias en el acceso a oportunidades económicas y profesionales. Esta desigualdad económica puede comenzar desde una edad temprana, con estereotipos de género que influyen en las decisiones educativas y de carrera de las niñas.
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FuenteEsta nota fue realizada por EL HERALDO DE MÉXICO. Aquí puedes leer la original.
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