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Más de 50 mujeres y niñas fueron víctimas de violación en barrios vulnerables de Haití donde se asientan los grupos armados, denunció ayer la organización Kri Fanm Ayiti (Grito de mujeres haitianas).

La plataforma defensora de los derechos humanos deploró que las niñas y mujeres sean usualmente víctimas de abusos sexuales y malos tratos por individuos armados, especialmente en la zona metropolitana de la capital, como Cité Soleil, Croix des Bouquets, La Saline y Canaan.

“Estos atroces crímenes dejarán secuelas sicológicas”, dijo la organización en un comunicado, y culpó al Estado por irrespetar sus obligaciones en materia de seguridad y protección de los ciudadanos.

Kri Fanm Ayiti alentó a presentar denuncias y llamó a la fiscalía, Oficina de Protección del Ciudadanos y otras instancias a realizar acciones públicas contra los autores y cómplices de los actos criminales. Los casos de violencia sexual aumentaron en Haití ante el crecimiento y enfrentamiento de las pandillas por el control territorial.

En agosto, la Red Nacional en Defensa de los Derechos Humanos denunció que 52 mujeres y niñas fueron violadas durante los enfrentamientos de las pandillas en Haití, entre ellas una adolescente de 14 años. Cuatro embarazadas también fueron agredidas y casi la mitad de las víctimas denunciaron que los asaltos ocurrieron en presencia de sus hijos, padres o parejas.

Se acentúa la crisis

La crisis en el país se acentuó luego de que el gobierno decretó un alza en los precios de los combustibles, lo que se suma a la violencia generada por las pandillas.

Miles de haitianos tomaron las calles el lunes para exigir la revocación del aumento de los precios de los combustibles, medida adoptada a mediados de septiembre, pero que no han podido aplicar por el bloqueo de las pandillas a la principal terminal petrolera del país.

El primer ministro, Ariel Henry, pidió a la comunidad internacional desplegar una fuerza militar de intervención, lo que fue rechazado antier por el Senado.

Haití lleva años en una crisis multifacética que se agravó tras el asesinato del presidente Jovenel Möise (2017-2021), mientras las bandas afianzaron su poder en zonas estratégicas.

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FuenteEsta nota fue realizada por LA JORNADA. Aquí puedes leer la original.
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