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Si durante la pandemia tu regla se alteró, no estás sola. Fue algo que le pasó a muchas mujeres y que ahora, un estudio liderado por dos ginecólogos del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau de Barcelona, explica por qué pasó. Y tiene que ver con el estrés y el cambio de estilo de vida, que no con la pandemia y la covid.

Para hacer el estudio, participaron 4.500 mujeres que menstrúan, la muestra más extensa de este tipo hasta la fecha. Las participantes, con edades comprendidas entre los 15 y 55 años, respondieron a una encuesta online que exploró su actividad sexual, estado emocional, y cambios en el ciclo menstrual durante el confinamiento estricto que tuvo lugar de marzo a mayo de 2020. Para garantizar la validez de los resultados, las encuestadas no debían haber contraído la covid y no debían estar utilizando anticonceptivos hormonales, que podrían haber influido en su ciclo menstrual.

 

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Reglas más dolorosas

Los resultados del estudio mostraron que el 92,3% de las mujeres tuvo al menos una menstruación durante el confinamiento, mientras que el 7,7 % experimentó amenorrea, es decir, la ausencia de flujo menstrual. Además, se observaron variaciones en la calidad de vida relacionada con la menstruación: el 19 % reportó un empeoramiento, el 71,7 % no notó cambios y solo un 1,6 % indicó una mejora. Si tu también tuviste, o has desarrollado reglas más dolorosas desde la pandemia, no estás sola.

El confinamiento afectó también la actividad sexual de las mujeres, que disminuyó en el 49,8 % de las participantes (a ver, esto no es tan sorprendente). A pesar de estos cambios, el estudio no encontró diferencias significativas en la incidencia de amenorrea, la regularidad del ciclo, o la cantidad y duración del sangrado menstrual en las mujeres que no usaban anticonceptivos hormonales. Sin embargo, sí se hallaron diferencias significativas en la regularidad, duración y pesadez de la menstruación en aquellas que experimentaron mayores niveles de estrés emocional.

 

 

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El estudio señala que los trastornos menstruales observados están más estrechamente relacionados con el impacto emocional del confinamiento que con otros factores como la duración del aislamiento o la percepción de exposición al virus.

Las conclusiones del estudio remarcan el papel de la salud mental en la regularidad del ciclo menstrual y como incluso el estrés por sí solo puede conducir a un empeoramiento de los ciclos o sus dolores. Los cuales aún necesitan más investigación para poder entender cómo tratarlos.

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FuenteEsta nota fue realizada por CÓDIGO NUEVO. Aquí puedes leer la original.
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