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El estudio presentado el año pasado por el Banco Mundial, Mujer, Empresa y Derecho 2019: una Década de Reformas, indica que a nivel global a las mujeres sólo se les reconocen tres cuartas partes de los derechos legales que tienen los hombres.

Sucedió, por fin, lo que tanto esperábamos: el 13 de diciembre pasado el Comité de Evaluación encargado de llevar a cabo el proceso de selección de candidatas y candidatos a comisionados del IFT y la COFECE publicó una convocatoria histórica. Por primera vez se abrió una convocatoria sólo para candidatas mujeres con la finalidad de garantizar el nombramiento de una mujer en dichos órganos autónomos.

El proceso que llevó a esta decisión fue complejo, y las reacciones diversas. Los argumentos fueron de todo tipo, desde quienes señalaron que se trataba de un proceso discriminatorio hasta quienes expresaron que se trataba de un proceso que minimizaba la capacidad de las mujeres dándoles ventaja por su incapacidad. Es decir, tenía que hacerse una convocatoria de menor nivel para que pudieran ser seleccionadas. Nada más erróneo que estos argumentos.

En Conectadas propusimos al Comité el año pasado que se llevara a cabo una convocatoria con estas características porque consideramos que era una manera de avanzar hacia la igualdad sustantiva y de crear condiciones para garantizar la participación igualitaria y equitativa de las mujeres en la toma de decisiones. María Elena Estavillo, presidenta de la asociación, presenta con toda claridad los argumentos a favor de esta medida en un artículo de reciente publicación, y el cual recomiendo leer. No profundizaré en ellos. Lo que quiero destacar es la importancia que esta convocatoria tiene para México a nivel interno e internacional, el precedente que establece y la importancia de llevar a cabo acciones afirmativas para avanzar hacia la igualdad y el desarrollo y para pensar en un futuro diferente.

Señala el Informe de la Brecha de Género del Foro Económico Mundial que la igualdad de género se alcanzará, si las cosas siguen el rumbo que llevan, en el 2095. Falta mucho tiempo, ¿no creen?

El estudio presentado el año pasado por el Banco Mundial, Mujer, Empresa y Derecho 2019: una Década de Reformas indica que a nivel global a las mujeres sólo se les reconocen tres cuartas partes de los derechos legales que tienen los hombres. ¿Qué consecuencias tiene esto? Entre otras, esto limita su capacidad para tomar decisiones económicas y financieras, para participar en los asuntos públicos, para buscar empleo o para iniciar un negocio o emprendimiento. A 2700 millones de mujeres en el mundo se les sigue limitando acceso a los mismos empleos que los hombres y esto no se debe a su falta de capacidad sino a las barreras estructurales, culturales e institucionales en las que participan. La única manera de detonar el cambio es con voluntad y decisión política y en los contextos nacionales, son los acuerdos entre gobierno, sociedad civil, sector privado, organismos internacionales y la instrumentación de reformas legales y regulatorias las que pueden incidir, y acelerar, esta transformación.

Una amplitud de estudios dan cuenta hoy del efecto positivo que la participación de las mujeres tiene para el desarrollo económico y la prosperidad de las empresas, las instituciones y los países.

    • Las empresas con un liderazgo femenino fuerte tienen un 36% más de rentabilidad.
    • Un estudio del Leeds University Business School demostró que contar con al menos una mujer en los directorios disminuye en un 20% el riesgo de bancarrota de una empresa.
    • De acuerdo con Bloomberg, las empresas que tienen una mayoría de mujeres en sus consejos o que han incrementado su número en los últimos años han tenido un desempeño sobresaliente. Tal es el caso de Kering (Francia: 63.6% del consejo), Thales (Francia: 60%), American Water Works (Estados Unidos: 57.%), H&M (Suecia: 55.6%), Medibank (Australia: 55.6%), Le Groupe Jean Coutu (Canadá: 53.9%).

La desigualdad y la discriminación legal en el trabajo afectan los resultados económicos, la participación política y la calidad y nivel de vida de la mitad de la población, es decir, de las mujeres.

A pesar de que las cifras son contundentes respecto al efecto positivo que tiene la participación femenina en diversos ámbitos, a nivel mundial se está avanzando a paso de tortuga. En el estudio del Banco Mundial se señalan los niveles de reformas legales y estructurales que se han llevado a cabo en diversas regiones. De 187 países estudiados, 56 no llevaron a cabo una sola reforma para mejorar la igualdad de oportunidades de las mujeres durante 10 años, que es el período de estudio que abarca el documento. ¿Considerarán que no es necesario? ¿Quiénes toman decisiones, en qué piensan al hacerlo? ¿Por qué se olvidan de incluir en sus planes a la mitad de la población?

Para complejizar un poco más la situación, hay que tener presente lo que señala el experto Joseph Coughlin: por primera vez en la historia de la humanidad, en las próximas décadas la mayor parte de la población tendrá más de cincuenta años y será mayoritariamente femenina. Si esta información no levanta las cejas de quienes toman decisiones, el futuro pinta bastante gris. Por ello, lograr la igualdad, incluir a las mujeres en los altos niveles de toma decisiones, incorporarlas a la economía, fomentar su participación política, social y cultural es una necesidad apremiante en el presente y una visionaria apuesta por el futuro.

En este contexto, aplaudo y doy mi reconocimiento a la decisión del Comité de Evaluación por haber tomado la iniciativa para hacer la Convocatoria sólo para mujeres. Entendieron que el futuro necesita acciones afirmativas y decisiones de esta naturaleza hoy.

#NoSinMujeres

Por cierto #NoSinMujeres es el hashtag que usamos en la Red de Politólogas. Nos queda clarísima la necesidad de apostar a la incorporación y presencia de la mitad del talento en el mundo para construir un mundo diferente.

Toda la información e imágenes son de ANIMAL POLÍTICO.
Link original: https://www.animalpolitico.com

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