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Mary-Claire King es bióloga, genetista, activista y profesora universitaria.La descubridora del llamado “gen del cáncer de mama”, comenzó su trayectoria profesional revolucionando la biología evolutiva al probar que seres humanos y chimpancés son genéticamente idénticos en un 99%, posteriormente puso la genética al servicio de los derechos humanos.

Mary-Claire King nació en Evanston, un suburbio de Chicago, el 27 de febrero de 1946. Su mejor amiga de la infancia murió de cáncer cuando ella tenía 15 años, hecho que la impulsaría en sus futuras investigaciones para frenar esta enfermedad.​ Mary-Claire se graduó (cum laude) en el Carleton College a los 20 años, y se doctoró como genetista en la Universidad de California entre 1972/1973. A los 21, King contrajo matrimonio un colega con quien tuvo una hija, Emily, en 1975, pero el matrimonio duró un suspiro. Ya divorciada, y solo tres años después de haberse doctorado, la facultad de Berkeley (Universidad de California) le ofreció un puesto como profesora en genética y epidemiología, que mantendría hasta 1995.

Pero el campo de la investigación no es un camino de rosas; algunas de sus hipótesis no se probaban y no siempre concluía sus investigaciones con éxito, por lo que hablándole de sus frustraciones con la ciencia experimental al Dr. Allan Wilson, uno de sus mentores de Berkeley y profesor de genética, este le dio una valiosa respuesta, que la ayudaría a resistir:

Si toda la gente para quienes las cosas no funcionaban hubiera abandonado la ciencia, no quedaría nadie.

Juntos, Wilson y King comenzaron un estudio que combinaba el talento y el amor de ella por la estadística, con una exhaustiva investigación sobre biología evolutiva, que analizaba las similitudes moleculares entre humanos y chimpancés, mediante análisis comparativos de proteínas, demostrando que los seres humanos y los chimpancés son genéticamente idénticos en un 99%.

La conclusión de su estudio convulsionó a la opinión pública, revolucionando la biología evolucionista, y tardaría al menos 30 años en verificarse y pasar a ser un conocimiento de dominio público.

De la Biología evolutiva al Descubrimiento del gen BRCA1

Otro de los logros de King, ha sido la identificación del BRCA1, también llamado “gen del cáncer de mama”, un descubrimiento que ha transformado el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad, que afecta a una de cada ocho mujeres.

En 1990, King demostró que un solo gen del cromosoma 17, conocido posteriormente como BRCA1, era responsable de varios cánceres de mamas y ovarios (entre un 5-10% de todos los casos de cáncer de mamas pueden ser hereditarios). Su descubrimiento reforzó la hipótesis sobre la existencia de una relación ineludible entre la genética y algunas enfermedades humanas complejas. Pues hasta ese momento, la genética había sido relacionada con algunas enfermedades muy concretas, como el enfermedad de Huntington, la fibrosis quística y la anemia de células falciformes, pero los científicos eran escépticos sobre la utilidad de la genética en enfermedades más comunes, que atribuían a los factores genéticos y ambientales.

Actualmente, King insiste en la importancia de la prevención del cáncer de mama sugiriendo que toda mujer alcanzados los 30 debería someterse  a aquellos tests que permitan identificar alguna mutación hereditaria que pudiera suponerles el desarrollo de la enfermedad.

Creo que toda mujer treintañera debería ser testada de los genes BRCA1 y BRCA2 como parte de su rutina medica. Prácticamente la mitad de la mujeres que heredan mutaciones en estos genes no tienen historial familiar de cancer de mama u ovarios, y ni siquiera sospechan que llevan mutaciones genéticas que les causarán cancer.

La Genética al servicio de los derechos humanos

Pero no contenta con sus aportaciones al mundo de la ciencia, King decidió poner sus conocimientos al servicio de los derechos humanos,aplicando la secuenciación de ADN para lograr la identificación de las numerosas víctimas de la violación de los derechos humanos, en especial, de desaparecidos. En 1984, las Abuelas de Plaza de Mayo (Argentina) recurrieron a Mary-Claire King, quien mediante genética dental consiguió que las abuelas identificasen de más de 114 niños robados y puesto en adopción fraudulentamente durante la dictadura desde 1976-1983. Asímismo, desarrolló junto a su laboratorio una técnica alternativa de identificación, utilizando ADN mitocondrial y HLA para poder identificar a más de 750 niños y adultos masacrados en la población de El Mozote, en El Salvador.

Su compromiso con los derechos humanos se remonta a sus años de universidad y a sus primeras acciones de compromiso político que recuerda vinculadas a las protestas contra la Guerra de Vietnam, que comenzaron en el 63 y se extendieron hasta entrados los 70, destacando el 24 de abril de 1971, cuando más de medio millón de estadounidenses marcharon pacíficamente por Washington D.C contra la guerra. King recuerda asi algunas de las acciones que realizó como estudiante:

La acción más efectiva que hicimos los universitarios fue el día después de que Estados Unidos invadiese Camboya, sacamos de nuestras maletas los traje chaquetas y los vestidos -ropa que ninguno de nosotros, como estudiantes, habíamos usado desde que llegamos a Berkeley- y fuimos por todas las sinagogas y las iglesias. Al acabar el fin de semana habíamos logrado reunir 30.000 cartas de protesta.

La Dra. King ha atesorado numerosos galardones por su trabajo científico y humanitario, incluyendo el National Medal of Science en 2014 o el Premio Shaw en 2018, conocido como el Nobel Oriental, que premia a “las personas, independientemente de su raza, nacionalidad y creencia religiosa, que han logrado importantes avances en los medios académicos y de investigación científica o aplicación, y cuyo trabajo ha dado lugar a un profundo y positivo impacto en la humanidad.”

Toda la información e imágenes de freedamedia.

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