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Gracias a Valentina Tereshkova, las rusas se ganaron el derecho de pilotar naves espaciales hace 56 años, pero tendrán que armarse de paciencia hasta 2021 para demostrar que son igual de competitivas como maquinistas de trenes eléctricos, particularmente en el Metro de Moscú.

“En marzo próximo formaremos un grupo para comenzar los entrenamientos, así que en enero de 2021, creo, estarán las primeras mujeres conduciendo los trenes”, anunció esta semana Maxim Liksútov, el jefe del departamento municipal de Transporte.

Pero, para ser exactos, no serán las pioneras.

Las soviéticas al timón

Rusia fue de los primeros países en enarbolar la consigna de igualdad de géneros. Fue proclamada tras la revolución bolchevique de 1917 y refrendada constitucionalmente en 1936.

Las mujeres trabajaron durante décadas como maquinistas de metro en la Unión Soviética —había incluso brigadas enteras— hasta que esa profesión, hacia principios de los años 80, quedó incluida en la lista de potencialmente nocivas para la salud femenina.

“No me imagino un trabajo mejor”, diría en una entrevista Svetlana Rázina, la última mujer que pilotó un convoy del Metro de Moscú el 31 de diciembre de 2002.

La lista vigente hoy en día no prohíbe de forma tajante la presencia de mujeres en algunos oficios, sino que impone limitaciones y permite a la patronal hacer excepciones, siempre y cuando garantice condiciones laborales seguras, certificadas por un peritaje oficial.

Una estudiante de Derecho, Ana Klevets, presentó una demanda por discriminación de género luego de que el Metro de San Petersburgo se negara a contratarla en 2008 como maquinista auxiliar, pero la Corte Suprema rechazó el pleito al año siguiente.

Más de una década después, desde el 1 de enero de 2021, la lista de profesiones vetadas para las mujeres se reducirá de los 456 renglones actuales a unos 100.

Las rusas podrán entonces desempeñarse como contramaestres, tractoristas o conductoras de volquetes. También como alpinistas industriales y marinas, si es lo que les hace más ilusión.

El primer ejecutivo del gigante ferroviario RZD, Oleg Bieloziórov, está convencido de que pronto habrá mujeres conduciendo los Sapsan, esos trenes bala que circulan entre Moscú y San Petersburgo a un promedio de 210 km/h.

“La nueva lista de industrias, empleos y puestos en los que se limita el trabajo femenino toma en cuenta, en primer término, los factores peligrosos para la salud reproductiva de la mujer y la de su futura descendencia”, aclara el ministro de Trabajo y Protección Social, Maxim Topilin.Para el ministro, un recorte radical de la misma “es prueba de que nuestra vida se va modernizando cada vez más de prisa”.

“No tiene sentido restringir el acceso de la mujer a un trabajo que en 1999 era exclusivamente manual y requería un esfuerzo considerable, mientras que en 2019 se limita al control de los equipos, a menudo remoto”, según él.

El 50% de las rusas parecen entusiasmadas con que haya menos oficios inasequibles para ellas, frente al 24% que lo desaprueban, según una encuesta realizada a principios de julio por el portal Superjob.

También entre los varones, el 43% aceptan que las mujeres vuelvan a competir con ellos en profesiones ‘duras’. Entretanto, el 34% ve con malos ojos esa iniciativa y el 23% no sabe o no contesta.

Los sueños de la gaviota

Mucho antes de convertirse en la primera mujer en viajar al espacio, la rusa Valentina Tereshkova, conocida desde entonces por su nombre en clave, Gaviota, había tenido sueños más modestos. Esta trabajadora de una fábrica textil, cuya vida cambió radicalmente por su afición al paracaidismo, consiguió realizar aquella proeza cósmica en 1963, con apenas 26 años, y sigue siendo la única mujer que cumplió una misión espacial en solitario.

Cincuenta y cinco años después de aquel vuelo histórico que le valió la medalla de Héroe de la Unión Soviética, la primera cosmonauta iba a recordar en una entrevista con Vesti que, de joven, “había soñado con ser maquinista y pilotar convoyes enormes”. “Pensaba que son personas que recorren diferentes ciudades, conocen a mucha gente”, explicó.

Para las rusas que comparten la misma ilusión, hacerla realidad será pronto más fácil.

Toda la información e imágenes son de Sputniknews.
Link original: https://mundo.sputniknews.com/

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