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La falta de equidad en las artes es un problema real, aunque no queramos (o no podamos) verlo. Nada más lejos que llenar cuotas, simplemente se trata de contener el talento femenino que se fuga por esa herida microscópica.

Y así nace la resistencia. Mujeres que deciden crear lazos con mujeres de otro país. Mujeres que no ven fronteras, sólo a otras mujeres. Mujeres que van a cambiar las cosas armando su propio teatro.

El “IV Ciclo de dramaturgia contemporánea escrita y dirigida por mujeres” es un proyecto al que no le hace falta padre, porque tiene muchas madres. Las principales son Carmen Ramos y Lydia Margulles, quienes desde hace cuatro años juegan con distintas dinámicas creativas.

Este año fue lo que llaman el “Primer Laboratorio de Investigación Escénica a Distancia. Red Internacional”. Eligieron a mexicanas talentosas de varias disciplinas, y las conectaron con dramaturgas latinoamericanas y europeas. Sin conocerse y a distancia, armaron equipos de trabajo con un objetivo concreto: crear una obra en dos meses.

El resultado hoy son seis innovadores procesos creativos que se presentan para que el público mexicano –hombres y mujeres– pueda verlos, participar y dar retroalimentación.

La joven Martha Rodríguez Mega es una de las directoras. Cuenta que le asignaron a la dramaturga argentina Giuliana Kierz, con quien comenzó a intercambiar notas por medio de la web.

Rodríguez Mega se autoidentifica como una “Profeta del Apocalipsis”, ya que el fin del mundo es un tema recurrente en su cabeza. Bajo esa premisa, Kierz escribió un texto, y a la par la directora y el actor Carlos López Tavera crearon un dispositivo escénico que lo complementa. Concibieron juntos “Antes de que suban los mares”.

La presentan así: “Los científicos calculan unos 20 años para llegar al Evento. Podría ser antes. Inundaciones, pandemias, armas de alcance global y mucha, mucha sed. ¿Qué piensas hacer antes de que suban los mares? Nosotros ya sabemos. Una obra de ciencia ficción para prepararse ante el fin de lo humano.”

Lo que se enseña no pretende ser un montaje terminado, sino una muestra del proceso creativo en el que están aún inmersas. Lo denominan “semi montaje”: “Me parece una gran oportunidad, primero, porque ayuda a abrir espacios para las mujeres.”

Y continúa Rodríguez Mega: “Es importante que seamos capaces de presentar procesos sin miedo a ser juzgadas, pero además darle la oportunidad al público de ser partícipe de aquello que apenas se está cocinando, que todavía puede recibir sus comentarios y adoptarlos para mejorar.”

Después de la función se abre la posibilidad de diálogo. Lo llaman “Teatro-club”, donde se cuenta cómo ha sido el camino y se espera retroalimentación de parte de los asistentes.

Se presentaron ya “Ausencia presente”, escrita por la holandesa Ninke Overbeek y dirigida por Mariana García Franco; “Abrasadas”, escrita por Gabriela Román, con dirección de Andrea Soler; y “No hay texto adicional”, escrita por la italiana Letizia Russo, bajo la batuta de Evoé Sotelo.

“Antes de que suban los mares” se presenta el jueves 12 a las 20 horas; “Ella en mí”, escrita por la colombiana Jenny Cuervo, con dirección de Jennifer Moreno, el viernes 13 a las 20 horas; y “Ruido blanco”, escrita por la francesa Julie Pichavant y dirigida por Claudia Cabrera, el sábado 14 a las 19 horas. Las funciones son en el Teatro El Granero Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque (Campo Marte, Paseo de la Reforma y avenida Paseo de la Reforma s/n).

Toda la información e imágenes son de PROCESO/INDIRA CATO.
Link original: https://www.proceso.com.mx/

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