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Su caso ha desatado indignación en Chihuahua porque los reportes de la Fiscalía difieren completamente de lo que dice su familia quien denuncia que fue golpeada, violada y asesinada frente a su hijo de 5 años.

Cuando empezó la pandemia por COVID-19, Susy se encerró totalmente en casa para proteger a su hijo. Avisó que dejaría su trabajo de ventas para ocuparse del niño hasta que empezara a ir a la escuela, y con el carisma que tenía, le dijeron que podía volver cuando quisiera. Incluso a sus papás les dijo que no iría a visitarlos, que si querían fueran ellos a su casa. El pasado sábado 6 de junio fue hallada muerta.

Su caso ha desatado indignación en Chihuahua porque los reportes de la Fiscalía General del Estado (FGE) difieren completamente de lo que dice su familia: mientras que la versión oficial es que Susana Margarita Salais Morales murió por asfixia pero su cuerpo no tenía signos de violencia, sus familiares aseguran que fue golpeada, violada y asesinada frente a su hijo de 5 años.

En un primer boletín sobre el caso, la Fiscalía informó que el número de emergencias recibió un reporte de un posible suicidio.

En redes sociales se generó la etiqueta #JusticiaParaSusy reclamando que no fue suicidio, sino feminicidio.

Entonces la Fiscalía borró ese primer comunicado y publicó otro, de la Fiscalía Especializada de la Mujer (FEM), que dice que no se descarta ninguna línea de investigación y que el caso está en manos de la Unidad de Investigación de Feminicidios. Pero reitera que el médico legista no encontró signos de violencia física ni sexual, ni hubo huellas de que alguien entrara a la casa, y que la causa de muerte fue “asfixia mecánica”.

Susana Morales, madre de Susy, dice en entrevista con Animal Político que fue su nieto el que contó lo que realmente había pasado.

“El niño vio todo… ‘Uno, dos, tres. Tres le pegaron a mi mamá. Mamá, mamá, sana sana colita de rana, ya levántate, ahorita viene mi papá’… Así le dijo”, recuerda Susana.

Dice que el pequeño hizo una videollamada con una amiga de ella que vive en otra ciudad y le enseñó cómo estaba, con manos y pies amarrados, sin moverse.

El marido de Susy y papá del niño no contestaba el teléfono porque trabaja como Uber y hasta que terminó un viaje atendió el teléfono y fue directo a su casa acompañado de su papá, donde encontró a su esposa muerta.

Una fuente de la Fiscalía aseguró que al llegar las autoridades, el cuerpo de Susy no estaba amarrado, sino vestido y en su cama, con una especie de bufanda en el cuello, y no parecía que nadie se hubiera metido a la fuerza a la casa.

Pero según la mamá de Susy,  incluso los vecinos llamaron a la policía porque oyeron gritos, pero nadie llegó.

Fotógrafa, amiguera y orgullosa de su sonrisa

Susy tenía solo 25 años, los acababa de cumplir el 30 de marzo. Su hijo cumplió 5 apenas unas semanas antes y justo antes de que empezara el confinamiento por la pandemia de COVID-19: todavía alcanzó a organizarle su fiesta con temática de superhéroes. Madre e hijo se uniformaron con una playera de Ironman para ese día.

Era la más grande de otras dos hermanas, que ahora tienen 18 y 16 años. Ella se casó muy jovencita, a los 19, y cuando anunció que lo haría con un alguien que le llevaba 10 años, a su madre casi le dio “el patatús”, dice, pero él le aseguró que le iba a demostrar que era un buen hombre para su hija, y lo hizo. Susana teme que quieran implicarlo en el asesinato de Susy, pero está convencida de que ha sido un buen marido y un buen papá, trabajador y no vicioso.

La joven siguió estudiando ya casada, terminó su carrera de Diseño Gráfico y se aficionó a la fotografía. Tenía una cámara profesional y se la pasaba retratando a su hijo, su esposo y a todas sus amigas. Su mamá cuenta que quería estudiar alguna especialidad en  periodismo y se lamenta de que hayan acabado de pronto los sueños y metas que tenía.

Susana no deja de repetir que su hija era la más risueña y amiguera, y muy casera. Recuerda que tantas veces le pidió la casa para hacer fiestas con sus amigos y amigas, y aunque fueran puros jóvenes, la invitaba a salir y estar un rato conviviendo también.

“Era una persona que nunca anduvo enojada, nunca. Siempre con su risa. Sus dientitos chuecos, porque me decía que ahorita por el momento no quería frenos, que veía a sus amigas pero ella no quería. Y yo le decía: esos dientes, es la presentación. No, no, no, más adelante, así déjeme mamá”, recuerda.

En las fotos que inundaron las redes tras su muerte  y que quedan como homenaje a su vida en la que fue se cuenta de Facebook, se le ve siempre con una amplia sonrisa, sin intentos por ocultar las imperfecciones de su dentadura, y con mensajes optimistas y llenos de cariño a sus seres queridos. Hasta su última publicación, un día antes de su muerte, fue una invitación a disfrutar al máximo la vida.

“Después? No hay ‘después’. Porque después la flor se marchita, el interés se pierde, el día se vuelve noche, la gente envejece, la vida se termina; y uno después se arrepiente por no hacerlo antes cuando tuvo la oportunidad”.

Exigen justicia frente a la Fiscalía

Que todavía siga en rojo el semáforo por la emergencia sanitaria no ha detenido las muestras de indignación contra la justicia. Este miércoles se realizó una manifestación frente a la Fiscalía Especializada de la Mujer de Chihuahua para reiterar la exigencia de aclarar el caso de Susy y todos los feminicidios que están sin resolver en Chihuahua.

“Estoy azorada de cómo me han apoyado”, destaca Susana sobre la respuesta social al caso de Susy. “Qué va, qué va. Y en todo, le han dado un alcance muy alto, hasta en Estados Unidos, en Canadá. Me dicen que no te doble, lucha, y ándale, hasta que saquen todo”.

Decenas de personas, sobre todo mujeres, marcharon por calles de la ciudad de Chihuahua gritando “no fue suicidio, fue feminicidio” y “a Susy la mataron”. “Ahora dentro de la casas te asesinan”, fue otra de las consignas repetida por las manifestantes.

A principios de abril, otro caso que desató indignación y una etiqueta en redes sociales fue #JusticiaParaPaola, una niña de 13 años que en un momento en que se quedó sola en su casa de Nogales, Sonora, fue víctima de un hombre de 32 años que entró, la violó y la mató. Aunque en ese caso, rápidamente fue detenido y condenado el culpable.

El confinamiento en los hogares no ha disminuido la violencia contra las mujeres en el país, sino todo lo contrario. Marzo fue el mes con más denuncias y llamadas de emergencia por violencia de género, además de que tuvo las cifras más altas que se hayan registrado en delitos sexuales, y en abril se mantuvieron por arriba del promedio de otros años.

Toda la información e imágenes son de ANIMAL POLÍTICO.
Link original: https://www.animalpolitico.com/2020/06/justiciaparasusy-la-joven-fotografa-y-mama-que-siempre-sonreia-e-invitaba-a-disfrutar-la-vida/?fbclid=IwAR3pkDOujjkUGQZVF-kmCs7JiK87boMoxxUNfTdu9GphvbIiUFOirvC9Fr4

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