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La salud mental de las mujeres es un tema tabú del que poco se habla, pero mucho se abusa. Menos aún se habla sobre la relación que existe entre la violencia de género y la salud mental de las mujeres. Este 8M luchemos por nuestra salud mental y una mejor calidad de vida para todas las mujeres.

Existe una relación innegable entre el género y la salud mental, tanto mujeres como hombres enfrentan problemas económicos, sexuales y de salud relacionados con la violencia de género y la cultura del machismo y la misoginia.

Sin embargo, no en todos los países se habla con tanta claridad acerca de la relación entre el género y la salud mental. En este sentido, las mujeres suelen verse más más afectadas de manera física y mental debido al sistema desigual y las condiciones de vida en las que sobreviven. Es decir, existen ciertos factores de vulnerabilidad que se relacionan con la buena o mala calidad de la salud mental de las mujeres.

¿Cómo se habla de la salud mental de las mujeres en México? (Imagen: Pixabay)

“La violencia de género es un factor de riesgo para sufrir trastornos mentales serios. Desde luego las mujeres son las principales víctimas de violencia y quienes la han sufrido presentan mayor incidencia de depresión, toxicomanía, actos autodestructivos e intentos de suicidio. Estos síntomas se agravan cuando las mujeres se ven impedidas de revelar sus situación. No pocas veces al dudarse de su credibilidad se desatienden sus necesidades propias de seguridad personal, y para colmo deben enfrentar solas al agresor”.

Factores como la etnia, apariencia física, condición económica, académica, profesional, estado civil y de salud física se relacionan, en mayor o menor medida, con la salud emocional y psicológica de las mujeres, lo cual podría influir en su desarrollo, crecimiento personal, la forma como se relacionan con otras personas y sus métodos de crianza.

Desafortunadamente, hay pocos países en los que se estudia y combate la relación entre la violencia de género y la salud mental de las mujeres. Uno de estos países es España. Desde hace unos años se ha dedicado a censar la relación entre los casos de violencia sexual, emocional física, intentos de suicidio con la salud mental femenina.

La Confederación de Salud Mental de España se ha tomado la relación entre la violencia de género y la salud mental de las mujeres como un tema de salud pública que es prioritario resolver, pues existen varios padecimientos mentales relacionados o derivados de algún tipo de violencia ya sea física, sexual, mental, psicológica, económica; etc.

  • Depresión posparto
  • Depresión
  • Ansiedad
  • Tendencias suicidas
  • Discapacidad psicosocial

Aunque congresistas y especialistas han reconocido que aún falta mucho por visibilizar y abarcar en cuanto a la salud mental y la violencia de género en las mujeres, su esfuerzo constituye el primer bloque de una cadena de posibles políticas públicas y diferentes maneras de combatir la violencia psicológica contra las mujeres. En México se cuenta con estudios y encuesta acerca de la salud mental y la violencia de género, pero también se cuenta con la terapia psicológica con perspectiva de género o feminista. Ésta terapia parte del conocimiento de la violencia tanto estructural como simbólica que enfrentan las mujeres, por tanto, le otorga herramientas para su autocuidado y sanación.

La psicóloga y especialista en depresión posparto Eva Ixchel Villareal,  quien radica en Ciudad Juárez y administra el grupo Psico RadFem, nos explicó qué es la terapia psicológica con perspectiva de género o feminista y cómo ésta otorga herramientas de sanación y autocuidado para las mujeres.

“En primera instancia nos explicó la relación entre la salud mental de las mujeres y la violencia de género: Mira, para empezar, la salud mental de las mujeres tiene que ver con todas la áreas de vida que enfrenta, es decir, su contexto cultural, económico, social, su crianza incluso su genética, todos estos factores afectan la salud mental de la mujer y al verse, desde que nació o antes instaurada en un sistema patriarcal que la violenta, su calidad de vida se ve mermada en las distintas esferas o ámbitos en los que se desenvuelve”.

Atender diversos problemas de salud pública mediante una perspectiva de género debería ser una prioridad, sin embargo a menudo parece que aún no queda claro por qué, al respecto Eva nos comenta lo siguiente:

“Es importante porque en la psicología tradicional, la mayoría de los autores que nosotros como psicólogos o psicólogas que vemos en la carrera son hombres y la perspectiva de las mujeres siempre es retratada desde la enfermedad o desde la patología, necesitamos que los procesos naturales de las mujeres dejen de ser considerados desde la patología.

“Por ejemplo en la medicina el embarazo se ve como una enfermedad, podemos apreciarlo en frases como: ¿cuándo te vas a aliviar? En los procesos emocionales es lo mismo, siempre vemos a la mujer en desorden cuando no es así, muchos de nuestros procesos son totalmente naturales, por tanto, el abordaje desde la psicología tradicional es machista, tenemos psicólogos y psicólogas sin perspectiva de género que creen que es normal que los hombres violenten a las mujeres, normalizan los celos o creen que está bien pegarle a los niños.

“Estos sucede porque no están actualizados ni leen las nuevas teorías o comprobaciones científicas del comportamiento y de los procesos naturales de los seres humanos, entonces, necesitamos perspectiva de género en todas las carreras para poder darle a la mujer el lugar de ciudadana que le corresponde”.

La violencia de género y la salud mental de las mujeres (Imagen: Pixabay)

La falta de cuidado emocional y psicológico en las mujeres afecta en primera instancia en su autoestima, amor propio y la forma en la que se relaciona con otras mujeres.

“Afecta desde que no están metiendo los estereotipos de género todo el tiempo acerca de cómo deben ser las mujeres, de los estereotipos de belleza, ser delgadas, tener ciertas medidas o ciertos aspectos físicos para cumplir, pero sobre todo para gustarles a los hombres, lo cual genera una competencia entre mujeres”.

La falta de autoestima y amor propio crean barreras en el desarrollo profesional y académico de las mujeres, quienes comienzan a cuestionar sus habilidades, Eva explicó que:

“Una mujer piensa que no es capaz de conseguir un buen trabajo o mantenerlo dentro de un contexto en el que el trabajo de las mujeres no es pagado justamente. Una mujer muy bien preparada, puede no ganar lo mismo que un hombre que tal vez no tiene las mismas habilidades que ella, entonces ¿a qué aspiras si no importa cuánto te prepares si un hombre va a ganar más que tú?

“En las cuestiones legales podemos pensar en las mujeres que están embarazadas o tienen hijos, pueden no ser contratadas para ciertos puestos”.

La sanidad mental de una mujer también suele ser tomada como una excusa para retirarle ciertas responsabilidades o minimizar su trabajo ante ciertas tareas. Una de las prácticas violentas más comunes es es relacionar la sanidad mental con el ciclo menstrual. Por ejemplo: asegurar que éste las descontrola o incapacita para realizar ciertas tareas o simplemente cualquier queja o denuncia por parte de una mujer es silenciado mediante un: “seguramente es porque estás en tus días”., negando así el contexto de violencia que enfrentan las mujeres.

“Todo lo justifican con nuestro ciclo menstrual y no es así porque las mujeres en nuestro ciclo menstrual fluctuamos en semanas nuestro estado de ánimo; sin embargo, los hombres a nivel hormonal fluctúan su estado de ánimo en horas al día, por tanto, sus fundamentos son absurdos. Esto también nos merma porque no nos da opciones o educación para conocer esta situación y creemos que la menstruación nos “vuelve locas” cuando no es así, son las violencias sociales que vivimos día a día”.

Aunque explicado de esta manera nos sea más clara la relación entre la violencia de género, la salud mental y la importancia del autocuidado, existe un estigma y tabú cuando se habla de la salud mental de las mujeres, como si hablar de la vulnerabilidad o inteligencia emocional estuviera prohibido. Si no se habla abiertamente del tema, ¿cómo se espera que las mujeres tengan herramientas para gestionar su salud mental?

“La forma es hablando de ello y exponiendo cómo nos sentimos, entre más hablemos de esto y lo hagamos un tema natural, será mejor, pues lo estaremos visibilizando como cualquier otra problemática social. Hay muchas chavas de mi generación que lo presumen y promocionan la terapia, que realmente están haciendo algo para mejorar su calidad de vida, no obstante, esto se da en ciertos círculos sociales”.

Tomar terapia con perspectiva de género no sólo pone en justa medida las violencias que sufren las mujeres, sino que le permite resolver sus problemas de manera adecuada bajo el contexto que vive. Asimismo, les ayuda a tener inteligencia emocional para responder a las diversas situaciones que deba enfrentar en situaciones posteriores:

“Te permite sanar heridas de la infancia, sanar heridas con su imagen corporal, sus expectativas, la inteligencia emocional, la comunicación asertiva, sanar las relaciones con todas las personas que la rodean incluidas su madre, su familia, su pareja y, sobre todo, establecer límites sobre lo que quiere y lo que no quiere y hasta dónde permite que las personas se involucren en su vida”.

Las mujeres no sólo somos responsables de nosotras mismas, en general, todas realizamos diversas tareas de cuidado con familiares, amigos y conocidos, por lo que, se espera de nosotras tanto inteligencia emocional como empatía, pero, ¿cómo tenerla con otros si no la tenemos con nosotras?

“Son las mujeres las que cargan con el cuidado de las personas, las mujeres cargamos con el cuidado emocional de toda la sociedad y hacemos el trabajo que no es remunerado o es invisible, tenemos esta triple jornada laboral, entonces si las mujeres no estamos bien emocionalmente no podemos desempeñar un buen trabajo y de allí se genera tanta depresión, el maltrato en los niños. Imagínate una sociedad en la que todas la personas estuviéramos bien emocionalmente, pues seriamos más eficientes hasta en nuestros trabajos”.

Esta falta de autocuidado no sólo afecta a nuestro círculo cercano, también nuestro desarrollo personal, académico y laboral:

“Sin embargo, esto afecta en todo porque, no dormimos bien, estamos estresadas, frustradas, eso nos lleva a afectar todas nuestras áreas de la vida. Entonces el autocuidado es aprender a cuidarnos, pero no solamente en este sentido de “voy al gimnasio”, “como bien”, sino en este sentido de de hacer cosas que disfrutemos, no es simplemente ir al cine, ir a caminar, el autocuidado lo tenemos mucho como cliché, el autocuidado también es ir a terapia, es poner límites, es tener responsabilidad afectiva, es hablar claramente de lo que quiero, cómo lo quiero y qué espero de la relaciones”.

Finalmente, Eva nos explicó que la terapia psicológica con perspectiva de género o feminista a penas comienza en nuestro país, en ciudad Juárez hay tres psicólogas mujeres que han tenido que capacitarse de manera autodidacta mediante cursos, libros o en línea, pues en la práctica, la teoría y la academia persiste el machismo. Actualmente ella da terapia psicológica a distancia y constantemente comparte información en la cuenta de Instagram @psico_radfem

Este ocho de marzo es pertinente hablar de la salud mental de las mujeres y de la salud mental de las mujeres que son madres. Si no volteamos a ver la salud mental de las mujeres que criarán a la próxima generación de niñas y niños, no visibilizamos la violencia a la que están sujetas, la violencia de género, el feminicidio, el machismo y la violencia podrían no terminar.

Con información de: EFESalud, La salud mental en México ¿un problema de género?

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VIAPlumas atómicas
FuenteKaren Robledo
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