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Fue una mujer, Mary Darly (1756-1779), la primera artista en popularizar el cómic. Grabadora, caricaturista y escritora en 1762 publicó A Book of Caricaturas, on 59 Coper Plates, with Ye Principles of Designing in that Droll & Pleasin Mannerconsiderado hoy como el primer manual para la realización de caricaturas. Aquel libro dedicado a temas políticos, sociales y cotidianos dirigido a «jóvenes damas y caballeros» cosechó un gran éxito popular. Ella llevaba «en solitario uno de los dos locales de impresión y venta de panfletos, prensa e ilustraciones propias y ajenas con los que el matrimonio –formado por la propia Mary y Matthew Darly- satisfacía la fiebre por la caricatura desatada entre los londinenses de toda clase y condición, con frecuencia iletrados, pero sensibles a la expresión gráfica», cuentan en su libro Viñetaria. Historia Universal de las autoras del cómic (Cátedra), Elisa McCausland y Diego Salgado.

En él, ambos autores elaboran un exhaustivo recorrido por las profesionales y autoras que han contribuido al crecimiento de este arte a lo largo de sus 130 años de evolución hasta nuestros días. Desde la edad de oro de la ilustración, entre 1880 y 1930, con autoras como Beatrix Potter y su Perico, el conejo travieso -que sigue comercializándose hoy y ha vendido más de 250 millones de ejemplares-, o las viñetas sufragistas, representada por nombres como Nina E. Allender, caricaturista oficial de las publicaciones del Partido Nacional de la Mujer cuya obra terminó por convertirse en el emblema de la victoria del sufragismo estadounidense en 1920.

«Las mujeres -mantienen en su libro- desempeñaron un rol fundamental en la democratización de la caricatura y su consiguiente potencial para subvertir lo establecido». Es el caso de Jackie Ormes (1911-1985), la primera historietista afroamericana o de Nell Brinkley que, a principios del siglo XX, abandonó su hogar en Colorado para formarse como autodidacta en Nueva York, donde acabaría por convertirse en la Reina de las historietas, tras trabajar durante casi cuarenta años en diarios y revistas. Creadora de Brinkley Girl, su icónico personaje, que acabó convirtiéndose en todo un símbolo popular en canciones, películas y teatro, representaba una mujer que se definía «por el trabajo que llevaba a cabo y que, en sus versiones más alegóricas, proclamaba las virtudes del sufragismo».

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FuenteEsta nota fue realizada por THE OBJECTIVE. Aquí puedes leer la original.
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