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A quienes trabajamos por que se garanticen los derechos humanos de las mujeres frecuentemente nos preguntan ¿es posible acabar con la violencia hacia las mujeres? La respuesta es sí, pero es necesario que todos y todas seamos factor de cambio para erradicarla.

Hace unos días, en México y el mundo nos movilizamos en 16 días de activismo contra la violencia hacia las mujeres y las niñas, un problema realmente grave, una violación a todos y cada uno de los derechos humanos de las mujeres; un flagelo que destruye familias y frena las oportunidades y el desarrollo de nuestro país; que implica un costo muy alto para nuestra economía y rompe el tejido social, es un obstáculo para lograr la paz y el bienestar al que todas y todos aspiramos.

Los 16 días de activismo fueron el gran telón de fondo para propiciar el diálogo, una profunda reflexión y, sobre todo, un llamado a la acción colectiva para poner todo nuestro esfuerzo en poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas.

Desde los movimientos feministas, las instituciones de todos los sectores, de los tres poderes y órdenes de gobierno hasta el sector privado, llamamos la atención sobre este problema: las mujeres con manifestaciones virtuales y presenciales; se pintaron los edificios de naranja; se organizaron eventos culturales y muestras de cine; también foros, conversatorios, campañas en redes sociales; se suscribieron compromisos y mucho más.

En estos espacios reflexionamos y debatimos: ¿cómo transformar a México si siete de cada 10 mujeres sufren violencia en sus propias casas y ocho de cada 10 sienten que no pueden transitar libremente por las calles por temor a ser agredidas? ¿cómo aspirar a un mejor futuro si diariamente 32 niñas de entre 10 y 14 años se convierten en madres, víctimas de la violencia sexual? ¿cómo lograr el bienestar y el desarrollo de nuestro país si el hostigamiento y el acoso sexual están presentes en las escuelas y en los trabajos? ¿cómo alcanzar una auténtica democracia si con violencia se frena la participación política y la toma de decisiones de las mujeres?

Colocamos en el debate que esta situación es aún más compleja a partir de la pandemia por el covid-19, que ha exigido redoblar esfuerzos para contribuir a resolver “la pandemia en la sombra”. Y por ello, el gobierno de la Cuarta Transformación refrendó su compromiso para colocar en el centro de las políticas y programas a las mujeres y las niñas para prevenir la discriminación, exclusión y las violencias contra ellas.

Porque prevenir es invertir en infraestructura para que los espacios públicos sean seguros; es brindar oportunidades para la independencia económica de las mujeres para que tengan ingresos propios que les permitan enfrentar la violencia y salir de ella; es asegurar que las mujeres estén en la toma de decisiones, para que su voz sea escuchada y tomada en cuenta; es trabajar con los poderes y órdenes de gobierno para que en el marco de sus competencias prevengan atiendan y sancionen la violencia contra las mujeres y las niñas.

Poner fin a la violencia contra las mujeres sí es posible, pero se requiere un profundo cambio cultural por la igualdad y la acción de todas y todos para combatirla. Hagamos lo que a cada quien nos toca.

NADINE GASMAN ZYLBERMANN

*Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres. @wgehgg

Toda la información e imágenes son MILENIO.
Link original: https://www.milenio.com/opinion/nadine-gasman-zylbermann/columna-nadine-gasman-zylbermann/poner-fin-a-la-violencia-contra-las-mujeres-si-es-posible

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