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“Un oficio invisible, manos de mujeres en la laudería de Paracho” fue el nombre de la exposición presentada en Paracho y Pátzcuaro a cargo de Erandi Noemí Soto Montelongo, egresada de la Licenciatura en Arte y Patrimonio Cultural de la  Universidad Intercultural Indígena de Michoacán.

El objetivo fue dar a conocer el trabajo con el que las mujeres de su pueblo contribuyen a la fama que mundialmente tienen las guitarras y otros instrumentos musicales, que se hacen artesanalmente en esa localidad del estado de Michoacán.

ELLAS DAN BRILLO A LAS GUITARRAS

«Los hombres son quienes tradicionalmente han quedado con el protagonismo de hacer los diferentes  instrumentos de cuerda que se producen en mi pueblo, desde la más convencional guitarra hasta réplicas del siglo XVI», nos cuenta Erandi Noemí .

Pero, son las mujeres quienes reciben las guitarras “en blanco”, es decir, ensambladas y listas para lijarlas.

Ellas se encargan de quitarles todos los defectos del armado, después tienen que “muñequear”, que es el proceso de poner los selladores, barnices y pulirlas hasta lograr el brillo. Posteriormente le ponen la maquinaria, los trastos y encordarlas logrando el ajuste de las cuerdas y entregarlas como terminadas, agrega.

Sin embargo, «aun con toda esa relevancia, las mujeres quedan en un segundo plano cuando también ellas saben y participan en el proceso de elaboración de las guitarras».

Y no solo eso, algunas de ellas se colocan en un papel secundario. Así lo percibió Eréndira Noemí durante la investigación.

«La captura de las imágenes fue compleja porque algunas mujeres no quisieron ser retratadas. Les daba pena, manifestando que no quería que se supiera que ellas hacen las guitarras».

Por otra parte, «algunas mujeres su mostraron interés en salir en las fotos para que se sepa que una parte del trabajo de elaboración de las guitarras lo hacen, les dan brillo y las hacen sonar con un oído acostumbrado a los sonidos saben cuándo ya quedaron acomodadas las cuerdas para que alguien las toque».

TOCANDO SIN TOCAR

Entre las curiosidades encontradas durante la investigación, Eréndira Noemí, nos dice que a pesar de ser parte de la elaboración, «hay mujeres que no saben tocar las guitarras; la experiencia que tienen de trabajar en la laudería les ha dado la habilidad auditiva para saber en qué momento las cuerdas quedaron bien montadas, ajustadas y que darán los tonos adecuados».

Uno de los aspectos que es necesario seguir indagando, agrega la investigadora, es el impacto en la salud de las mujeres lauderas, ya que la exposición a los solventes, barnices o al polvo tan fino que sueltan las maderas, podría estar ocasionándoles problemas, conjetura la investigadora.

A partir de esta investigación, Erandi Noemí Soto Montelongo detectó que las mujeres lauderas de Paracho, también podrían tener padecimientos articulares en las manos derivados de “muñequear” para dar brillo a las maderas.

Toda la información e imágenes son de SYNTAXISINFO.
Link original: http://syntaxisinfo.com/

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